ARIES
Bachillerato

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NUESTRO MÉTODO y NUESTRO OBJETIVO

La psicología y la psicopedagogía de los últimos años han venido aportando teorías y metodologías didácticas sin duda valiosas. Pero lo cierto es que nosotros somos mucho más modestos.

La experiencia de todos estos años nos ha llevado a poner en práctica un principio muy básico que bien puede enunciarse así: trabajar y hacer trabajar con normalidad.

Trabajar. Eso significa que entendemos que el proceso educativo requiere inevitablemente esfuerzos de quien transmite los conocimientos (y de quien los recibe para hacerlos suyos); esfuerzo - y pericia - en las explicaciones, en los ejemplos, en la selección del material adecuado; esfuerzo para ponerse en el lugar del que escucha, para detectar incomprensiones, para resolver las dudas y, sobre todo, para pedir esfuerzo al que debe aprender. Porque entendemos que no es lo mismo saber que saber enseñar, tan preocupados debemos estar - y estamos - en lo uno y en lo otro, en actualizar nuestra información académica y en procurarnos los medios para hacer llegar ese conocimiento a nuestros alumnos.

Hacer trabajar. Comparaba Platón el conocimiento con una áspera y escarpada subida. Y tenía razón. Pero también advertía que al final de esa subida se encontraban inmensas recompensas (nada menos que El Bien). Y también tenía razón. Atender, entender, preguntar, estudiar, memorizar, razonar, relacionar, sintetizar, analizar son, a menudo, operaciones complejas y no siempre gratas porque requieren esfuerzo. Lo entendido y lo razonado, lo memorizado y lo relacionado, sin embargo, es siempre grato y satisfactorio: da placer. Y eso es lo que intentamos transmitir.

Con normalidad. Que cada uno cumpla con su obligación es perfectamente exigible y, sin duda, debe hacerse con normalidad, como norma. Por eso entendemos que nuestros alumnos deben exigirnos que cumplamos con nuestra obligación, tanto como nosotros se lo podemos exigir a ellos. Y eso no debe ser fuente de conflictos, sino la situación normal de quienes trabajan, sea enseñando, sea aprendiendo.

UN POCO DE HISTORIA

En abril de 1962 un grupo de emprendedores profesores, con pocos medios y mucha ilusión, decidieron, con criterios estrictamente profesionales, fundar un Centro de Estudios privado y laico donde pudiesen complementar su formación académica los universitarios de carreras técnicas. Y ese fue el comienzo: la preparación de estudiantes de Ingeniería Naval.

El tiempo hizo que aquel grupo se fuese ampliando y su dedicación se diversificara: preparación del examen de Preuniversitario, hasta mediados de los setenta; Curso de Orientación Universitaria (C.O.U.) oficialmente reconocido por el M.E.C. y preparación para Selectividad, hasta hace un par de años; y, ahora mismo, los dos Cursos del nuevo Bachillerato, también autorizados, aunque, esta vez, por la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid.

Cuarenta y un años más tarde, mucho han cambiado las cosas, en todos los sentidos: las condiciones políticas, sociales, económicas y culturales del país poco o nada tienen que ver con aquéllas y la Universidad ya no es la opción para una minoría ilustrada, sino el fin del camino natural de muchos estudiantes.

Pero algo nos queda de aquél espíritu fundador: la ilusión, la profesionalidad, el rigor académico y una fuerte vocación universitaria.

De ahí que insistamos en los últimos Cursos de Enseñanza Media (el Bachillerato), en el Acceso a la Universidad (llámese Selectividad o P.A.U.) y en la preparación de asignaturas propias de carreras técnicas.

NUESTRO IDEARIO

La legislación educativa en vigor reconoce a los Centros Privados el derecho a incluir en el proyecto educativo sus características peculiares, religiosas o de cualquier otro tipo. Eso es lo que convencionalmente se llama Ideario del Centro.

Y el nuestro toma como referencias dos textos fundamentales: la Declaración Universal de Derechos Humanos, proclamada en la O.N.U. el 10 de diciembre de 1948, y la Constitución española, de 6 de diciembre de 1978.

Los valores, derechos y libertades básicos presentes en ambos documentos queremos ejercitarlos en nuestro trabajo diario. Y que nuestros alumnos se ejerciten en ellos. Porque unos y otros somos (serán) ciudadanos.

Entendemos que el respeto escrupuloso a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; de opinión y de expresión; a la intimidad y la privacidad, tanto de los profesores como de los alumnos, debe presidir cualquier acto educativo. Por eso somos un Centro laico e independiente de cualquier institución social o política.

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